El foxhound es el resultado de una serie de cuidadosos cruces de perros de caza ingleses a lo largo de más de doscientos años. Desde 1800, la British Master Of FoxhoundsAssociation anota metódicamente los registros genealógicos de la raza.
El cuidado y el mimo a la hora de cruzar siempre a los mejores ejemplares han dado como resultado un animal bello y muy apto para las labores para las que se lo requiere, sobre todo para la caza del zorro. Nada sorprendente, dado sus orígenes británicos.
Un amante del aire libre
Se trata de un can de tamaño medio, con una alzada de entre cincuenta y ocho y sesenta y cuatro centímetros y un peso que ronda los treinta kilos. Es un animal atlético y elegante de grandes ojos y orejas caídas que o convierten en un fenomenal “modelo de peluches”. El pelo del foxhound es corto e impermeable y de color blanco con grandes zonas castañas, marrones o negras, si bien se acepta cualquier marca y tonalidad. Pueden ser bi o tricolor.
Resistente y saludable como pocos es capaz de correr a lo largo de muchos kilómetros sin apenas notarlo. Es por eso que requiere una gran dosis de ejercicio diario, de modo que es difícil que sea feliz en un apartamento de ciudad. Sin embargo, si poseemos una parcela de terreno donde pueda investigar y rastrear pistas de otros animales o descubrir olores nuevos, haremos de él un perro feliz dejándolo allí a sus anchas durante horas.
De hecho, el foxhound suele emplearse en una actividad que es de enorme desgaste físico para los perros: la caza y, dentro de sus variantes la que requiere la persecución del veloz y huidizo zorro.
Si tratamos con esta raza, lo hacemos con un animal que, convenientemente entrenado, es muy obediente. Además, se muestra muy cariñoso con las personas y cualquiera de sus congéneres.
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