La evolución de los animales

Se piensa que los animales se han formado, teniendo a los protistas heterótrofos, que se conocían como coanoflagelados, como base. Estos eran seres unicelulares, que recordaban, en su forma, a los coacitos, que es un tipo de célula que encontrábamos en los poríferos y es la encargada de su alimentación. A partir de ahí, se formaron tres ramas: la de las esponjas, que tienen muy poca relación con el resto de los seres de la naturaleza; el de los cnidarios y otros animales que poseen una estructura más sencilla, como son los ctenóforos o estrellas de mar. Y, después, tenemos al resto de todos los animales, desde los pequeños gusanos a los complejos vertebrados; este grupo posee la particularidad de tener simetría bilateral. Se piensa que los primeros animales de este grupo poseían cuerpos blandos, sin conchas ni caparazones, por lo que es muy complicado encontrar fósiles de este tipo.

Entre los fósiles más importantes tenemos los de la “faunia de Ediacore”, que es un conjunto de fósiles que tiene la friolera de 600 millones de años de edad. Uno de los puntos clave de la evolución de los animales fue el paso de las esponjas a los cnidarios, por que estos ya tenían simetría, aunque era radial. Con la simetría bilateral, aparecen las células nerviosas y los órganos de los sentidos , también, las cabezas de animales primitivos.

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