Ojos de gato

Los ojos de los gatos están llenos de luz y profundidad, además de tener un poder de atracción y de misterio únicos, en el mundo animal. Tal es así, que la palabra que empleaban los egipcios para denominarlos “mau”, se podría traducir como “ver”. Durante años se pensaba que los gatos no eran capaces de diferenciar colores; pero, se ha demostrado que no sólo son capaces de distinguir tonos, sino que tienen un gran sentido de la vista, para hacernos una idea, poseen una sensibilidad a la luz, seis veces mayor que la que tienen los humanos, y los gatos pueden ver perfectamente en la oscuridad. Por otro lado, gracias a su fino sentido del oído y a la gran sensibilidad táctil que poseen las almohadillas de sus patas, pueden moverse con total seguridad y comodidad en la oscuridad absoluta. Por otro lado, sus pupilas se dilatan, todo lo que pueden, en la oscuridad, lo que hace que sean capaces de adaptarse mejor todavía. Y, posee visión binocular, o sea, que la parte del campo de visión de un ojo es cubierto por el otro, lo que hace que sea animales cazadores, ya que puede calcular mejor la distancia, la profundidad y el tamaño de la presa. La única especie que no tiene visión binocular es la siamesa, por lo que no son tan buenos cazadores como el resto. Pero, a pesar de todo esto, el gato cuando nace es ciego, hasta que lleva siete días en el mundo, no los abre. Pero, a pesar de esto, hasta que no cumple las 12 semanas no sabe usarlos de manera correcta, eses el momento en el que ya tiene el color de ojos definitivo, que puede ser desde un amarillo, un naranja, pasando por los tonos verdes o azules más intensos.

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