¡Animales al Rescate! (4ta. Parte: entrenamientos)

Un sinfín de relatos indican lo bien que responden los animales al entrenamiento, para distintos casos de ayuda:

En el mes de Enero del año 2006, hubo un caso de ayuda que llamó la atención en Colombus- El departamento de policía recibió una llamada al número de urgencias, pero sin que nadie diga palabra. El localizador de llamadas rastreó el lugar de donde provenía el llamado y al intentar comunicarse nadie atendió, por lo que decidieron ir a investigar. Lo que encontraron les llamó poderosamente la atención: en el piso de la sala se encontraba un gato junto al teléfono. Al parecer, el dueño del departamento había caído de su silla y su gato, que había sido previamente entrenado, llamó al 911.
El hombre había sufrido ligeros ataques de apoplejía, que afectaron su equilibrio, y junto a sus dolores de osteoporosis, le era imposible levantarse. En estos casos el paciente está provisto con un botón de emergencias que sirve para avisar a los paramédicos, pero el paciente no llevaba su collar, ni alcanzaba el botón debajo de su almohada. El felino había recibido intrucciones de cómo actuar, el teléfono siempre a su alcance en el piso, constaba con un botón que comunicaba directamente con emergencias.

Los monos capuchinos, por su tamaño y agilidad, también suelen ser entrenados, para poder servir de ayuda a personas inmovilizadas o con discapacidades.

Los perros, por el alto grado de desarrollo de sus sentidos, pueden saber por adelantado cuando una persona está por sufrir un ataque de epilepsia, por lo cual, si se les enseña como alertar a otros, se puede socorrer inmediatamente a la persona que los sufrirá. También, por estas capacidades sensoriales, pueden detectar drogas, explosivos, o hasta pueden encontrar a gente atrapada por un derrumbe.
Otros ejemplos: los llamados perros salvavidas son canes adiestrados para rescatar a personas ahogadas, o en peligro, en las playas. Toman de la muñeca a la persona inconsciente y la llevan hasta la orilla.

Foto: bp