Cuando hablamos de los ciervos, inmediatamente pensamos en Bambi y en su aspecto desvalido, que nos genera simpatía y ternura a partes iguales, pero jamás imaginamos algo como el ciervo de copete.
Este ciervo vive en China, en los bosques húmedos, y su característica principal es que los machos tienen los colmillos de la mandíbula superior por fuera, como si se tratase de un carnívoro. De hecho, hay quien llama a este animal ciervo de dientes de sable.
Por lo demás, es un ciervo de pequeño tamaño, que no suele alcanzar más de 50 cm de altura a la cruz (la zona en que el tronco y el cuello se unen) y el peso puede llegar a los 50 kilos, aunque lo normal es que pesen mucho menos.
En su cabeza destaca un mechón de pelo que tienen en la frente, que puede ser negro o marrón, y tiene una longitud considerable. En cuanto al resto de su pelaje, es largo y el color varía entre el marrón y el negro, como el mechón, dependiendo de la estación.
A diferencia de otros ciervos, el ciervo de copete apenas tiene cuernos. Los machos los tienen, pero son tan pequeños que el pelo los oculta, por lo que no pueden usarlos para luchar como hacen los ciervos europeos.
El ciervo de copete no está amenazado, ya que se calcula que hay al menos 300.000 ejemplares en libertad, pero su hábitat se está viendo reducido por la tala de madera, y en algunas provincias de China ya está considerado como una especie protegida.
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