El conejo de Ángora

El conejo de Ángora es un animal que llama la atención, por que parece más un peluche, que un ser vivo. No se sabe muy bien cual es su origen, pero se piensa que podría ser las tierras turcas y, tras esto, paso a la Europa Mediterranea, siendo en Francia donde se fijaron sus características y, en Inglaterra, es donde se perfeccionó. Se piensa que su nombre viene del parecido que tiene con el mítico gato de Ángora. Es una raza muy antigua, del s. XVIII; pero, nunca se describió hasta el s. XIX. Una de las características que más sorprenden del animal es el pelaje, por lo que es criado por la industria textil. Pero, tambien, como animal de compañía gracias a su carácter manso y dócil. El único problema que nos encontramos, si lo comparamos con otros animales, es el tema del cuidado del pelo. Hay que peinarlo cada 2 o 3 veces, a la semana. Darle más malta que a otros conejos y esquilarlo, cada 90 días. Si no lo hacemos, aunque no es necesario en todas las gamas, nos encontraremos que en vez de un conejo, tenemos una bola de pelos con nariz. También, es necesario tener una jaula más grande que en otras especies.

Existen cuatro tipos, que se van a diferenciar por su color, por su pelaje y por su tamaño: el ángora inglés, el ángora francés, el ángora gigante y el ángora sáten –este se caracteriza por el increíble brillo de su pelo-. Sin duda, son los protagonistas de las fotos más divertidas que podemos encontrarnos en Internet.

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