Se trata de uno de los gatos domésticos más elegantes que podemos encontrarnos. Quien haya visto a un azul ruso caminando o, mejor aún, acechando a una presa, entenderá enseguida de qué hablamos.
Presentan un cierto dimorfismo sexual, con un peso de entre dos con cinco y cuatro kilos para las hembras y tres con cinco y cinco entre los machos, el estándar de esta raza presenta un pelaje plateado con rasgos azulinos, corto, fino y un tanto levantado del cuerpo. Asimismo, la cabeza suele tener unas líneas muy suaves dentro de su forma de cuña. Los ojos, grandes, almendrados y bien separados entre sí.
Es fácil distinguir a un azul ruso
Otras dos características de la raza que, además, la distinguen muy claramente del resto, son las orejas, largas, de base muy ancha y extremos puntiagudos; y una cola muy recta y lisa pero proporcionada con respecto al resto del cuerpo.
En cuanto al carácter, suelen ser gatos inteligentes, muy cariñosos, dulces e inteligentes. Son animales de compañía ideales, en tanto en cuanto disfrutan de la presencia del ser humano. Además, el azul ruso requiere muy pocos cuidados.
Por cierto que se trata de una raza que, aunque peculiar, sí puede confundirse con alguna otra, como es el caso de los azules británicos, los chartreux o el korat. Para evitarlo, fijémonos en determinados rasgos: los ojos del ruso son de un verde esmeralda único, además de lo uniforme del color del pelaje en todo el cuerpo, salvo en la cola, que puede presentar unas rayas de color un tanto claro. Además, el azul ruso es muy grácil y musculoso frente a lo regordete del resto de los azules.
Finalmente, cabe añadir que nos hallamos frente a una raza de muy buena salud, sin enfermedades genéticas ni propensión a enfermar. Otro más de los motivos que os convierte en las mascotas perfectas.
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