La apariencia, donde predominan los intensos colores naranja, rojo o rosa, mezclados con tres grandes franjas de un intenso color blanco del amphiprioninae, o pez payaso, hace de él una especialmente llamativa. Las zonas poco profundas, de unos 15 metros aproximadamente cercanas a la costa, y protegidas por arrecifes de coral, de las aguas indo-pacíficas son en las que se pueden encontrar mayor número de este tipo de peces.
Esta especie demuestra en su día a día una gran capacidad de relación. Podemos decir que las anémonas son sus aliadas. Esta asociación es beneficiosa para ambos ya que las anémonas, consideradas depredadoras, les ofrecen protección a cambio de que este llamativo vez les proporcione algunos alimentos.
Considerado el amphiprioninae como una especie omnívora, no en vano se alimenta de tanto de pequeños animales como de algas, hay que destacar que también puede llegar a ingerir los parásitos que desprenden sus socias, las anémonas.
Hasta tal punto es importante la relación con esta otra especie que podemos asegurar que incluso juegan un papel primordial en la reproducción. Y es que, cuando la temperatura del agua aumenta, con la llegada del verano por ejemplo, y una hembra comienza a tener su abdomen ligeramente abultado, una pareja de peces payaso se retirará del grupo, buscaran una anémona y utilizaran esta para consumar su peculiar relación.
Como curiosidad, hay que añadir, que cuando una hembra muere, el macho dominante, que es siempre de menor tamaño que esta, se convierte de manera casi automática en hembra. Quizá por ello también es extremadamente complicado, en muchas ocasiones diferencias ambos sexos.
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