Los caballos tienen fama de huidizos y, hasta cierto punto, esta fama es cierta. Los caballos son presa de muchos depredadores, por lo que han aprendido a tener que estar en constante alerta, para poder huir a tiempo. Lo primero que hacen, ante algo que no conocen, es asustarse y huir; pero, también, si sienten que sus crías podrían estar amenazadas, se defienden. A pesar de esto, son animales muy cariñosos. Pero, debemos señalar que los caballos de tiro suelen ser más dóciles. Son animales acostumbrados a vivir en manada, donde hay una jerarquía muy clara, donde hay uno que manda -que suele ser una yegua-. En general, son animales bastante joviales, que son capaces de mantener buena relación con otras especies, con otros animales e, incluso, con los humanos. Eso sí, si separamos a un individuo de su grupo, este va a necesitar unos cuidados especiales, pues lo suelen pasar bastante mal.
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