Había una vez: Winter, el delfín.

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En realidad, en lugar de “había una vez” correspondería “existe actualmente y en la vida real”: ha llegado a la pantalla grande una historia altamente conmovedora, la historia de Winter, el delfín.
La película está basada en hechos verídicos, donde una hembra de delfín, tras quedar atrapada en una trampa para cangrejos, pierde un órgano de vital importancia: su cola.

La costa este de Florida suele ser el lugar predilecto de los pescadores para tender sus redes. Allí es donde Winter, la inocente delfín protagonista de la historia, de tan solo 3 meses de edad, quedó atrapada. Su cola quedó atrapada en las cuerdas y en la desesperación por quedar en libertad, sufrió lesiones en su cola.

Luego de ser rescatada y llevada al acuario de Clearwater en Florida, los encargados del acuario notaron que el daño a la cola era irreversible y que nunca se recuperaría. Dana Zucker, principal oficial del acuario, describe que la aleta se le fue cayendo poco a poco como si fuera de papel. Sin embargo, la luchadora Winter no se daría por vencida, y desarrolló una habilidad de nado alternativa: un estilo similar al de desplazamiento de los cocodrilos junto a las fuertes oscilaciones que da un tiburón cuando es sacado del agua. Por más que la pequeña estaba empeñada en seguir adelante, los especialistas sabían que los esfuerzos dañarían su columna vertebral y así, la perdida de la cola tarde o temprano, acabaría con la vida del delfín.
Preocupado por esta situación, David Yates, director del acuario, contrató a un experto en prótesis veterinarias: Dr. Kevin Carroll, y juntos se dieron a la tarea de crearle una cola artificial a Winter. Por supuesto que la cola debía ser hecha de algún material liviano y sumergible (por lo que una prótesis metálica quedaba fuera de discusión). Otra propiedad que debía tener el implante es poder ser capaz de coordinar todos los movimientos que realiza el delfín al nadar: Un delfín mueve su espina de cientos de maneras diferentes y la prótesis debía poder acompañar esos movimientos de las vértebras, en todas direcciones, sin generar resistencia ni partirse por las fricciones internas.
El resultado fue una cola de plástico con una manga de gel que evita que se dañe la parte sensible de la herida del delfín. Esta prótesis, de 30 pulgadas de largo, ha logrado cambiar por completo la vida de la admirable delfín, quien nunca bajó “las aletas” y luchó por salir adelante.
Foto: visitsouth

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1 Response

  1. soraya dice:

    Pude ver la pelìcula hace unos dìas y quede fascinada con la vida de WINTER el delfin que es REAL, en la cual narran y llevan a la pelicula como perdio su herramienta vital para sobrevivir en el mar como es su cola…. el tema de acostumbrarla a usar protesis….y su amistad con el niño. Excelente films.

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