Su nombre científico es Chinchilla laniger. En estado salvaje la chinchilla es de color gris claro, pero actualmente se crían ejemplares de varios colores en cautividad. El ejemplar adulto viene a pesar unos 400 a 600 gramos. Antiguamente se criaba en Europa por su piel. Sin embargo, actualmente está incluida en el anexo I de la Convención de Washington, lo que significa que está protegida en estado salvaje y que, por lo tanto, solo se pueden tener ejemplares nacidos en cautividad.
Comportamiento y modo de vida en cautividad
En libertad, la chinchilla vive en los Andes, a unos 4000 metros de altitud en zonas secas y frías. Se encuentra en Perú, Argentina y Chile. Es un animal nocturno, de carácter vivaz y curioso, que por la noche es muy activo. Hay aproximarse al pausadamente porque es muy miedoso y esquivo. No siempre es capaz de vivir en pareja y en muchos las peleas y enfrentamientos son frecuentes. No hiberna y es muy limpio.
En cautividad necesita mucho espacio para poder moverse libremente y trepar. Hay que ponerle ramas y un buen cobijo o habitable, así como una serie de planchas que formen distintos planos por los que pueda saltar, el habitáculo tiene que ser tranquilo y sobre todo nada caluroso. El suelo puede estar construido de heno, serrín o arena para gatos. Es indispensable un recipiente con arena, en la que el animal se revolcara regularmente para hinchar su pelaje y eliminar el exceso de sebo.
Su madurez sexual es a los ocho meses y el periodo de reproducción se encuentra entre los meses de noviembre hasta mayo, teniendo un número de crías que no superan el par, con un tiempo de gestación de 111 días y dos meses de lactancia. La media de vida oscila entre los ocho y nueve años, aunque se han dado casos en los que han alcanzado los veinte años.
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